El referente numantino será empleado como contrapartida a las situaciones que se vivirán en la sociedad española en determinados periodos de crisis de identidad nacional o cuando se haga necesario resaltar el espíritu nacionalista. Este uso, como es lógico, tendrá también su aplicación, incluso de manera más exclusiva, en el marco soriano, en donde se ha utilizado recurrentemente Numancia como tabla de salvación para solucionar la situación de marginación y olvido de esta provincia, a lo largo de los últimos siglos, llegando a proponer por algunos intelectuales, en 1922, cambiar el nombre de Soria por el de Numancia.
De esta manera, Numancia ha sido utilizada durante los últimos dos milenios para defender a la cristiandad; para apoyar la idea imperial de los Austrias; para incentivar los ánimos y la identificación heroica de los bandos en conflicto; como referente patriótico para apoyo de los ideales románticos de unidad nacional, de resistencia y de abnegada lucha por la libertad, con el fin de salvar a España y ha sido manejada, en los últimos siglos, por las diferentes ideologías de todo signo: restauracionistas, tradicionalistas, regeneracionistas, monárquicos, republicanos y franquistas.
La información arqueológica aportada por los trabajos realizados a partir del siglo XIX, abrirá una nueva etapa para el conocimiento de los restos de la mítica ciudad. Pero los trabajos e investigaciones, salvo para precisar su ubicación, siempre han estado al margen de su contenido simbólico. Así, los libros de texto, manejados en el siglo XIX y a lo largo de gran parte del XX, no tendrán en cuenta la información aportada por la arqueología, sino que continuarán primando el contenido ideológico, utilizando la imagen idealizada de Numancia, plasmada en el cuadro de Alejo Vera, que transmite un episodio heroico en un escenario monumental, como no podía ser de otra manera.