La localización de la necrópolis de Numancia centró la atención de los investigadores a lo largo del siglo XX. Ya en las primeras décadas la Comisión de Excavaciones (1906-1923) realizó un amplio programa de sondeos, unos 53, en torno al cerro numantino sin resultados satisfactorios.
Se planteó incluso la posibilidad de que Escipión, al fortificar sus posiciones frente a Numancia, hubiera destruido la necrópolis, para conseguir un efecto moral contra los sitiados. La necrópolis se descubrió en 1993 por trabajos realizados furtivamente. Se localiza en la ladera sur del cerro, y tiene una extensión de algo más de una hectárea. Su excavación ha aportado una importante información sobre la vida de los numantinos, ya que a través del estudio de la estructura de las tumbas, los elementos de ajuar, la composición y organización del cementerio, así como de los análisis osteológicos y dieta alimenticia, podemos conocer nuevos aspectos del ritual funerario y de la organización socio-económica.