A las fíbulas de caballito sólo o con jinete, ya conocidas en el mundo celtibérico, Numancia y la necrópolis han aportado en exclusiva báculos de distinción rematados en prótomos de caballo, con y sin jinete, o en cabezas humanas. Pero además, hay que destacar las placas articuladas de bronce halladas en la necrópolis que constituyen, junto a la prolija serie de cerámicas polícromas encontradas en la ciudad, uno de los elementos iconográficos y simbólicos de mayor peso e interés en el mundo celtibérico. Tanto la gran riqueza iconográfica como la simbología de las representaciones plasmadas en ellas (todas decoradas con équidos y elementos astrales), así como la intencionada selección para formar parte de ajuares funerarios, nos hablan de la importancia que el caballo tuvo en las creencias celtibéricas y en la vida de ultratumba, además de acercarnos a un mundo, todavía hoy poco conocido, como es el de la cosmología de este pueblo, que nos lleva a la dimensión astronómica, a mirar al cielo.