Se pueden distinguir en la necrópolis, al menos, cuatro grupos de enterramientos: uno, con armas (espada, puñal, escudo, punta de lanza y regatón); otro, con adornos de bronce (algunos también con báculo de distinción); un tercero, más pobre, con canicas y agujas de coser; y un cuarto grupo sin ajuar. Las tumbas están organizadas en zonas, dejando espacios intermedios con menor intensidad o sin enterramientos, que se diferencian tanto por su ubicación espacial como por las características de sus ajuares. El grupo que ocupa la zona central de la necrópolis es el más antiguo (del primer momento de la ciudad, finales del siglo III o inicios del siglo II a.C.) y se caracteriza por la presencia más generalizada de armas y objetos de hierro. Otros dos grupos más modernos (anteriores al 133 a.C.) aparecen separados y dispuestos en torno al primero, y sus ajuares contienen, mayoritariamente, elementos de adorno y objetos de prestigio de bronce (las armas se reducen a algún puñal biglobular con rica decoración), mostrando un concepto de riqueza diferente, probablemente consecuencia de la incidencia progresiva de la organización urbana.
Por lo que se deduce de los análisis realizados, la dieta alimenticia de los numantinos era rica en componentes vegetales, con un peso importante de los frutos secos (bellotas y nueces) y pobre en proteínas animales, lo que dibuja claramente las bases de su economía mixta. Pero además, el conocimiento de la dieta de cada individuo permite relacionar su mayor o menor riqueza con las características de su ajuar y estatus, establecer diferencias entre hombre y mujer, así como destacar a aquellos enterrados que se apartan de la dieta generalizada, indicando probablemente se procedencia foránea.