Numantinos y segedenses eligieron como jefe a Caros, que atacó por sorpresa a los romanos y consiguió una gran victoria, matando a seis mil romanos; los celtíberos también tuvieron grandes pérdidas, entre otras la del propio jefe Caros. Esta derrota tuvo lugar el 23 de agosto, día consagrado por los romanos a Vulcano, que fue declarado a partir de entonces nefasto, de manera que ningún general romano en el futuro libró batalla en tal día. Nobilior, siguiendo a los numantinos, acampó en La Atalaya de Renieblas, a 24 estadios de Numancia, a la espera de refuerzos. A su vez, los celtíberos nombraron jefes a Ambón y Leucón, en sustitución de Caros.