A partir del siglo XVIII, los diferentes historiadores, como Florián de Ocampo, el Padre Florez y el Padre Méndez, no dudan ya de la atribución soriana de Numancia, pero hay que destacar a Juan Loperraez que, en su obra “Descripción Histórica del Obispado de Osma” (1788), aporta sus investigaciones realizadas sobre el terreno, facilitando el primer plano del cerro de la Muela y de sus ruinas visibles: muros, planta de una casa, cerámicas y tres líneas de murallas.