El pretexto para la declaración de la guerra estuvo desencadenado por la ciudad de Segeda (en el Poyo de Mara, Zaragoza). Esta ciudad estaba procediendo, en el año 154 a.C., a la remodelación de su territorio, congregando de grado o por la fuerza a los pobladores de los alrededores, ampliando su recinto y construyendo una nueva muralla de 8 km de perímetro, lo que provocó el enfrentamiento con Roma, ya que ésta interpretó que esa actitud violaba el tratado que las ciudades celtibéricas del valle del Ebro, habían firmado con Graco, en el año179 a.C.
El Senado romano envió a Fulvio Nobilior con un ejército consular contra los segedenses que, al no haber acabado de fortificar su ciudad, huyeron a Numancia con sus mujeres e hijos, donde, según Apiano, fueron acogidos como aliados y amigos, añadiendo Floro que de esta manera tan injusta Numancia fue arrastrada a la guerra.