Podemos aproximarnos al paisaje que rodeaba a Numancia en la antigüedad, a través de las noticias que trasmiten los textos antiguos y de los datos aportados por análisis polínicos y la información que proporcionan los restos de maderas quemadas y los huesos de animales recogidos en las excavaciones de la ciudad. El entorno en época celtibérica era boscoso, ya que Apiano comenta que la ciudad “estaba rodeada de espesos bosques” y que el Duero era navegable, ya que los mercaderes remontaban el río “en pequeños esquifes (...) con ayuda de velas, para transportar vino y cereal”.
Estos datos muestran un índice de humedad más elevado e indican que el Duero tendría un mayor caudal y altura de cauce y por tanto también de nivel freático, lo que favorecía la existencia de zonas encharcables, reflejadas todavía en el entorno numantino y en las noticias de Apiano, que comenta la dificultad de Escipión para trazar el cerco por la zona noreste de Numancia, donde había una amplia laguna, desecada a principios del siglo XIX, y ahora dedicadas sus tierras a la agricultura.
El paisaje era de bosque abierto, constituido por pinares (silvestre o laricio), acompañados de robledales (rebollo y quejigo), que aportaban una importante cantidad de bellotas; así como por sabinares, de madera excelente para la construcción. A esto hay que añadir, la existencia de pastizales en las proximidades, y una rica vegetación de ribera como la que existe todavía en las márgenes de los ríos. La fauna relacionada con esta vegetación corresponde tanto a animales domésticos (oveja, cabra, caballo, toro) como a animales salvajes (ciervo, jabalí, conejo, liebre, lince, oso y lobo). Las representaciones pintadas en las cerámicas numantinas muestran: palomas, perdices, córvidos, águilas, buitres, abubillas, avefrías, garzas; así como peces, entre los que destacan las truchas.
Este paisaje acusaba ya un evidente retroceso y un incremento de la desecación, influida por la deforestación y acción antrópica; esta tendencia ha ido en aumento, ya que en la actualidad la mayor parte del entorno de Numancia se encuentra deforestada para el cultivo.