Numancia ha pasado por largas décadas de abandono, aunque nunca dejó de exaltarse la resistencia numantina y su final heroico; es decir su aparato simbólico, a través de la utilización de la iconografía de sus cerámicas, plasmada en carteles anunciadores de fiestas y eventos, decoración de comercios y otros referentes de identidad, pero se relegaba su realidad arqueológica por su situación y dificultad de comprensión. Este desajuste, inevitable, entre mito y realidad ha sido una constante en la historiografía numantina.
La nueva realidad de la España descentralizada y el traspaso de competencias a la Junta de Castilla y León, así como el creciente interés por el patrimonio arqueológico, encauzada a través del turismo cultural, propiciaron el ambiente necesario para realizar mejoras y actuaciones en Numancia.
A partir del 1985 se llevaron a cabo campañas de limpieza y estudios para su conservación, que no tuvieron continuidad; no obstante, en 1989-1990, a través de un convenio entre Junta de Castilla y León, Diputación de Soria e INEM, se abordó un plan de rehabilitación, acondicionando un itinerario para la visita con paneles explicativos, así como la instalación en la Casa del Guarda de una exposición permanente sobre la histórica de la ciudad y la publicación de una nueva Guía del yacimiento, editada por la Asociación de Amigos del Museo Numantino.